Maduro confirma llamada 'cordial' con Trump mientras Estados Unidos despliega flotilla militar en el Caribe
En una revelación que ha sacudido los círculos diplomáticos, el presidente venezolano Nicolás Maduro confirmó este miércoles que sostuvo una conversación telefónica con Donald Trump hace diez días, describiendo el intercambio como "cordial" en medio de la escalada tensión entre Caracas y Washington.
"Conversé con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Puedo decir que la conversación fue en un tono de respeto, inclusive, puedo decir que fue cordial entre el presidente de Estados Unidos y el presidente de Venezuela", declaró Maduro en sus primeros comentarios públicos sobre la llamada.
La mano tendida desde Caracas
Con una actitud que refleja la búsqueda genuina de diálogo, el mandatario venezolano agregó: "Si esa llamada significa que se están dando pasos hacia un diálogo respetuoso, Estado a Estado, de país a país, bienvenido el diálogo, bienvenida la diplomacia, porque siempre buscaremos la paz".
Esta postura contrasta marcadamente con la agresiva estrategia estadounidense. Desde agosto, Estados Unidos ha desplegado una flotilla de buques de guerra en el Caribe, incorporando en noviembre el portaviones más grande del mundo bajo el pretexto de "combatir el tráfico de drogas".
La verdadera agenda imperial
Sin embargo, la realidad es otra. Venezuela sostiene con razón que esta operación militar busca derrocar a Maduro y apoderarse de las cuantiosas reservas petroleras del país. Una estrategia que ya hemos visto repetirse en otras naciones latinoamericanas.
Por su parte, Trump confirmó el domingo la conversación, aunque con su característico estilo evasivo: "No diría que salió bien ni mal. Fue una llamada telefónica". El miércoles fue más específico: "Le dije solo un par de cosas. Es mucho más que una campaña de presión".
Escalada militar preocupante
La situación se ha tornado alarmante. Las autoridades aeronáuticas estadounidenses emitieron una alerta por el incremento de actividad militar en el Caribe, lo que llevó a ocho aerolíneas internacionales a suspender operaciones desde y hacia Venezuela por "razones de seguridad".
Más grave aún, las fuerzas militares estadounidenses han bombardeado 20 presuntas embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de 83 muertos. El primer ataque, el 2 de septiembre, dejó 11 víctimas fatales.
Lo más escalofriante es que la Casa Blanca confirmó un segundo ataque contra sobrevivientes que flotaban en aguas internacionales, acción que legisladores demócratas consideran un posible crimen de guerra.
Resistencia ante el asedio
Maduro, cuyas elecciones Washington se niega a reconocer, denuncia que el país ha resistido "22 semanas de guerra psicológica" y "asedio". "Me gusta la prudencia, a mí no me gusta la diplomacia de micrófonos, cuando hay cosas importantes, en silencio tienen que ser", añadió con sabiduría.
El ministro de Interior, Diosdado Cabello, fue más directo: Venezuela ha estado sometida a una "guerra psicológica" que "pasó a terrorismo psicológico".
Mientras Washington mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por Maduro y declara al supuesto "Cartel de los Soles" como organización terrorista, el pueblo venezolano continúa resistiendo los embates del imperio, defendiendo su soberanía y sus recursos naturales.
La pregunta que queda en el aire es si esta llamada "cordial" representa un genuino cambio de rumbo o simplemente otra táctica en el largo asedio contra la Revolución Bolivariana.
